terça-feira, 29 de junho de 2010

desde lejos

desde lejos he venido,
y mis ropas rotas de tanto venir,
y mi caballo fantasma de cansancio;

desde lejos he venido
con tu nombre de sed
en mi boca de arder,

he amado más de lo permitido
que la gente esa no lo entiende,
querer es pecar por aprecio,
es callarse pal cielo,
atarse uno por adentro;

desde lejos he venido
para saber si sigues tú
con los ojos de gris de plomo,
que tu vida tan pesada y limpia
me parecía una montaña de hierro
frío;

desde lejos muy lejos he venido
a verte de nuevo herida, hermosa y vieja:
el amor que se acaba
es el que menos se entierra.

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